No vamos a discutir la legitimidad de la victoria de Platense, pero tampoco vamos a obviar la manito que le dieron los dos impresentables vestidos de naranja cada vez que Vecinal amagaba pegar el zarpazo en el tanteador. Finalmente fue 82-69, una diferencia que sólo se evidenció en la parte inicial y que no refleja el desarrollo del encuentro.Como dijimos, en el inicio fue marcada la ventaja que tomó el equipo visitante. Vecinal tardó bastante en entrar en el partido y se vió superado en todo momento. La mayor envergadura física y una defensa muy dura le dieron a Platense una ventaja considerable y sólo Matías Arias aparecía en ataque, a tal punto que marcó todos los puntos del equipo en los primeros nueve minutos. Cuando promediando el segundo parcial la diferencia llegó a 16 puntos, comenzó a notarse la recuperación del equipo. Las vías del gol comenzaron a diversificarse y tambien se mejoró en defensa, lo que fue permitiendo la disminución de la ventaja y arrancamos los últimos diez minutos a sólo 5 puntos. Llegamos a ponernos a dos, pero algunos fallos muy cuestionables nos cortaban toda remontada. Un par de pérdidas inoportunas en el final que fueron contestadas con conversiones le dieron al partido un resultado exagerado.
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