Ese es el sentimiento generalizado de todos: jugadores, cuerpo técnico, dirigentes, padres y simpatizantes (aunque a los chicos les cueste un poco mas aceptarlo, claro). Pero las finales son así: se ganan o se pierden, lo único importante es no guardarse nada y dejar todo en la cancha y eso es exactamente lo que pasó. Por eso ahora no es tiempo de reproches ni de lágrimas, un poco de bronca en el momento pero siempre con la cabeza bien levantada como muesta de orgullo e hidalguía.Era para cualquiera y eso estaba muy en claro desde siempre. La paridad total que hubo durante todo el año no le daba favoritismo a nadie y así fue el partido durante 39 minutos. En el final un par de pérdidas inoportunas y algunos lanzamientos equivocados nos cerraron el camino y se terminó inclinando la balanza para el otro lado, pero eso no le quita méritos a la enorme entrega que hicieron y a las ganas de ganar el partido que demostraron. Todos sabemos de las limitaciones físicas que tuvimos y que dimos ciertas ventajas, pero eso no hace mas que engrandecer el esfuerzo que hicieron todos. Felicitaciones, ustedes son la clase de jugadores que queremos tener en el club.
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