UN SABADO PARA OLVIDAR

Cuando se pensaba que podía ser un sábado favorable en cuanto a resultados, la realidad nos dió un flor de cachetazo. Y no sólo con respecto a los resultados sino que tambien a la producción de los equipos. El nivel basquetbolístico es cada vez mas pobre y los resultados van relacionados directamente con lo que se ve en la cancha. En esta oportunidad vamos a dejar afuera de este contexto a los infantiles, que realizaron un muy buen papel ante un equipo limitado pero ganaron claramente 78 a 54 con jugadores que se lucieron muy bien.

El problema llegó después. Los cadetes juegan solamente a tirar de tres y encima con poca efectividad. No existen los cortes al aro y faltan variantes en el juego interior cuando la pelota no entra de afuera. Sólo para dar un ejemplo podemos decir que en el primer cuarto se tiró en 15 oportunidades de tres puntos y 6 veces de dos. Y si encima hay que soportar la tendenciosa actitud de los árbitros Fiz y Quaglia (sobre todo éste) que pitaron de manera desigual, ya es demasiado. Los jueces cobraron 41 faltas a Vecinal y 22 a Italiano. Todos sabemos que es muy difícil un partido con tanta disparidad en las faltas y, si alguna vez ocurre, no fue éste precisamente el caso. Sacaron a los seis principales jugadores por faltas, terminaron jugando con 4 y perdieron en el suplementario 89-79.

Lo de los juveniles es peor. No juegan directamente a nada, casi todos están en un nivel bajísimo y perdieron por tercera vez consecutiva, esta vez por 81-68. Jugaron sin técnico que se había ganado la descalificación en el partido anterior y encima Martín se autoeliminó infantilmente en el último cuarto. Vamos muchachos que ya son grandes, estas pavadas no pueden ocurrir.