Hablar tecnicamente de esta clase de encuentros sería ser demasiado puntilloso ya que es un clásico zonal y se juega mas con el corazón que la cabeza. Pero a falta de tecnicismo y ortodoxia le sobró con creces actitud, fervor y pasión. Fue palo a palo durante todo el partido y si se terminó volcando la balanza para el lado del local fue simplemente porque estuvo mas lúcido en el minuto final. La misma pasión que mostraron los jugadores dentro del rectángulo la vivieron ambos bancos y tambien el numerosísimo público que presenció este clásico. Quienes no estuvieron a la altura y tuvieron una flojísima labor fueron los árbitros que se llevaron reclamos de todos lados, sobre todo de los visitantes pese a que se les permitió defender mas allá del límite en todo el partido.
martes, 21 de septiembre de 2010
OTRO INVICTO QUEDO EN MUNRO
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