viernes, 19 de noviembre de 2010

CONTRA 7 ES IMPOSIBLE

Cuando dos árbitros tienen una incidencia tan determinante en favor de un equipo es imposible jugar, o mejor dicho es imposible ganar. Lo de Bauni y Milán en el segundo juego de la serie ante Estudiantil Porteño fue realmente bochornoso, parcial y decisivo en un momento crucial del partido. Con esto no querenos justificar la derrota ni decir que con otros árbitros se hubiera ganado porque el partido fue sumamente parejo y estaba para cualquiera, pero cuando los que deberían ser imparciales tienen tanta influencia en favor de uno de los dos todo se desvirtúa.
Luego de 20 minutos terriblemente parejos, los locales se escaparon con tres triples consecutivos (40-31) en un minuto y esa diferencia se fue manteniendo por largo rato. Nuestra escasa puntería y los malos porcentajes de efectividad nos fueron privando de ponernos en juego por varios minutos. En un momento del último cuarto la distancia se estiró a 16 (61-45) y allí apareció la garra y el coraje de este plantel que nunca se da por vencido y con un tremendo parcial de 11-1 se puso 62-56 y presto para revertir la historia del partido. Pero en este momento crucial y decisivo fue cuando Bauni y Milán optaron por ser las primeras figuras y decidieron la suerte del partido con fallos insólitos que favorecieron al local y volcaron definitivamente la balanza del encuentro.

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